Por el aumento de precio 1 de cada 4 fumadores redujo el consumo o lo dejó
El 27 por ciento de los fumadores porteños reconoció que fuma menos (22,2%) o dejó de fumar (4,8%) a partir de los incrementos en el precio de los cigarrillos. Además, 1 de cada 4 (24,4%) cambió por otra marca de menor valor, un 9% decidió comprar cigarrillos para armar, y un 1,9% manifestó que lograba conseguirlos sin abonar el impuesto.
Estos son algunos de los resultados de una encuesta de opinión sobre el Tabaquismo en la Ciudad de Buenos Aires realizada por Julio Aurelio (ARESCO) y patrocinada por el Centro de Investigación de Enfermedades No Transmisibles (CIENTA), que se presentaron en pleno marco del Día Mundial sin Tabaco, que se conmemora el 31 de mayo.
En cuanto al consumo en el hogar, ante la pregunta sobre cómo actúa si en su casa alguien prende un cigarrillo, 8 de cada 10 (81,9%) manifestaron alguna reacción: el 61,4% respondió que lo invita a fumar afuera y el 20,5% le pide que se acerque a una ventana; solo el 16,4% no dice nada. En este aspecto se nota una importante evolución en la actitud de la gente en defensa de los ambientes libres de humo de tabaco con respecto a lo manifestado en ediciones anteriores de esta misma encuesta: ya que frente al 81,9% de este sondeo, ante la misma pregunta el nivel alcanzado era menor pero siempre se mostró en aumento: 69,9% en 2010; 75,5% en 2012; 76,4% en 2013 y 78,2% en 2014.
La investigación, llevada a cabo entre el 6 y el 9 de marzo de 2017 sobre 1.503 habitantes mayores de 18 años de la Ciudad de Buenos Aires, tuvo por objetivo evaluar las percepciones sobre el tabaquismo y el nivel de conocimiento de la gente respecto del cumplimiento y los cambios implementados por la Ley de Control de Tabaco de Buenos Aires, sancionada el 29 de septiembre de 2005 (Ley 1799/05).
Del total de participantes, el 46,5% eran hombres y el 53,5% mujeres. El 23,6% era fumador y un 25,3% ex fumador, mientras que el 51,1% nunca había fumado (estos valores coinciden con los informados por la mayoría de los relevamientos realizados sobre la población). El instrumento utilizado para la recolección de datos consistió en un cuestionario estructurado, con un diseño muestral probabilístico y un error estadístico global de +/- 2,58%.
En opinión del Dr. Darío Marsicano, médico especialista en Cardiología y Presidente de CIENTA, muchos de los resultados observados en el relevamiento confirman nuestra percepción diaria: por un lado notamos que los impuestos sobre los cigarrillos son una de las medidas centrales para combatir el tabaquismo, tal como se desprende del trabajo, y por el otro confirmamos que la gente ha tomado verdadera conciencia sobre los perjuicios del humo de tabaco, tanto el de primera mano como el ajeno (o de segunda mano) con consecuencias devastadoras sobre nuestra salud a largo plazo. Sin embargo, el camino es de largo aliento y todavía nos quedan muchos aspectos sobre los que trabajar”.
Uno de los aspectos a los que se refiere el titular de CIENTA está referido al tabaquismo en el lugar de trabajo: Sólo en 6 de cada 10 de los encuestados que trabajaban manifestó que estaba terminantemente prohibido fumar en sus trabajos (59,3%). Un 30,2% reportó que existía un sector para fumar y un 10,5%, que estaba permitido. Estos valores son llamativos porque la ley de prevención y control del tabaquismo prohíbe fumar o destinar espacios para fumadores en establecimientos cerrados, tanto del ámbito público como del sector privado.
“Solamente podemos entender espacios para fumadores si son al aire libre y donde no se afecte a terceros; la norma es muy clara y creemos que el conocimiento es masivo, por lo que no se explica que se siga fumando en los lugares de trabajo”, subrayó el Dr. Marsicano.
En contrapartida, la gente manifestó un nivel de acuerdo del 89% con la promoción de ambientes cerrados 100% libres de humo de tabaco. Y 1 de cada 2 (53,8%) afirmó que aprobaría que se extendiera dicha prohibición de fumar a ambientes abiertos como parques y plazas. Casi 8 de cada 10 (76,8%) adhirieron a la prohibición si estuviera focalizada en aquellas áreas de juegos infantiles y sus alrededores.
Se percibe que la actitud ante la violación de la norma es cada vez más activa: ante la consulta sobre qué hace frente a alguien que fuma donde no está permitido hacerlo, 6 de cada 10 encuestados reportó una conducta activa: el 31,6% se lo dice al responsable del lugar, el 26,5% se lo advierte al propio fumador y el 3,2% se lo comunica a ambos. Solo el 35,7% mantiene una actitud pasiva y no dice nada.
Con respecto al tabaquismo en el interior del automóvil, 8 de cada 10 (82,6%) personas no permiten fumar, mientras que el 77,3% estaría de acuerdo con que se prohíba fumar en el interior de los autos ante la presencia de menores de edad.
“Los niños no tienen totalmente desarrollado su sistema pulmonar, y fumar delante de ellos, ya sea en el hogar, el auto o hasta en lugares recreativos como plazas y parques, no solo es un mal ejemplo, sino que el humo de segunda mano los está afectando en su desarrollo y en su salud futura”, insistió el Dr. Marsicano.
Con relación al uso del cigarrillo electrónico, del que no está permitida su comercialización en nuestro país pero sí su consumo y sobre el que no se conocían datos fehacientes, de la encuesta surge que solo el 7,8% lo utilizó alguna vez, habiéndolo adquirido por Internet (33,6%), se lo habían regalado (27,3%), en una cigarrería (10,5%) o se lo trajeron del exterior (6,7%), entre otras opciones.
Pero la temática del tabaquismo afortunadamente no está ausente de las conversaciones familiares: el sondeo muestra que existe una elevada propensión a conversar con niños y/o adolescentes sobre el tema del tabaquismo (83,2%), incluye ‘A veces’ 42,6% y ‘Siempre’ 40,6%. Entre los contenidos de esas charlas, se reportaron lo perjudicial del tabaquismo para la salud, las enfermedades que provoca fumar, el mal hábito que constituye, tabaquismo como adicción o vicio y la toxicidad del cigarrillo, entre otros.
Por otra parte, ante la consulta sobre la percepción del nivel general de cumplimiento de la ley antitabaco, se observó un valor bajo: 36,5%. Un 56,4% de los entrevistados considera que se cumple ‘a veces’ y el 5,6% que ‘no se cumple nunca’. El mayor nivel de incumplimiento se presenta en locales nocturnos (20%), bares y restaurantes (16%), otros comercios (13,1%), oficinas públicas (11,4%), empresas privadas (11,3%), escuelas y universidades (8,7%) y transporte público (7,6%), entre otros.
Principales conclusiones de la encuesta:
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El aumento del precio de los cigarrillos produce un considerable impacto en el consumo
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Hay una actitud más activa en los hogares para mantener el ambiente libre de humo de tabaco.
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También se evidencia una conducta proactiva por parte de la gente cuando encuentran a alguien fumando en un lugar prohibido.
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Se conocieron valores sobre el uso del cigarrillo electrónico.
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La gente no solo no permite fumar en el interior del automóvil, sino que estaría de acuerdo en una norma que lo prohíba ante la presencia de menores de edad.
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Existe consenso sobre la premisa de impulsar una norma que prohíba fumar en áreas de juegos infantiles y sus alrededores de plazas y parques
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Todavía existen limitaciones en el cumplimiento efectivo de la ley, sobre todo en algunos lugares específicos, como locales nocturnos y bares o restaurantes.
Para mayor información, por favor contactar a:
Dr. Darío Fernando Marsicano – MN 105.986
- Médico Especialista en Cardiología
- Presidente del Centro de Investigaciones de Enfermedades No Transmisibles (CIENTA)
Celular: (011) 153 177-8505 / E-mail: doctordariofernando@hotmail.com
Dr. Sergio Daniel López Costa– MN 70.591
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Médico Urólogo, experto en Cesación Tabáquica
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Coordinador del Programa de Prevención y Control del Tabaquismo del Ministerio de Salud del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires
Tel.: Cel.: (011) 156 238-6264 / E-mail: sergiodlopezar@yahoo.com.ar