¿Cuánto se sabe en Argentina sobre el cáncer de cabeza y cuello?
El cáncer de cabeza y cuello se produce en las células que cubren los tejidos y órganos de la esa región, incluyendo la boca, faringe, laringe y fosas nasales.
Los tumores en estas regiones se asocian con altas tasas de mortalidad y son difíciles de tratar en estados avanzados, generalmente, en los casos en los que pacientes no acuden a una consulta oportuna.
Una encuesta realizada por Merck Serono en seis ciudades argentinas, indica que la gente ignora muchos aspectos relacionados con las causas y los síntomas de este tipo de cáncer.
El sondeo abarcó a 400 personas entre público en general y profesionales de la salud. Los encuestados reconocieron la mayoría de los síntomas del cáncer de cabeza y cuello, pero algunos de los menos conocidos no fueron identificados y otros fueron señalados incorrectamente.
Por otro lado, casi la mitad de los consultados cree que esta enfermedad afecta directamente al cerebro cuando, en realidad, sólo abarca tumores que se originan en el tejido que recubre la garganta, la boca, los labios, etc.
Uno de cada tres médicos sostuvo acertadamente que el tabaquismo es el principal factor de riesgo para contraer esta enfermedad. El 23% señaló al alcoholismo, mientras que sólo un 10% indicó el Papiloma Virus Humano (HPV). Si bien aún se desconoce la cifra de la Argentina, es muy probable que esta infección alcance al 50% de los pacientes.
En Europa, una encuesta que investiga el conocimiento público del cáncer de cabeza y cuello presentada en el Congreso Internacional ICHNO (International Conference on Innovative Approaches in Head & Neck Oncology), reveló que a pesar de que se trata del sexto tipo de cáncer más frecuente del mundo, el 75% de los encuestados no conocían ni siquiera el término.
En Argentina el diagnóstico de esta enfermedad es tardío. El 60% de los pacientes acuden a la consulta en estadios localmente avanzados y, desafortunadamente, la localización de los tumores en órganos tan importantes hace que las consecuencias del abordaje tardío tengan impacto en tareas tan simples como hablar.
Los especialista recalcan la importancia de realizar una fuerte concientización para que médicos y pacientes tomen las precauciones, trabajen en la prevención y en la detección temprana de la enfermedad.