Los cinco beneficios para la salud que aporta la práctica de Tai Chi
Este arte marcial milenario mejora el equilibrio, reduce la ansiedad y previene enfermedades cardiovasculares, entre otras bondades.
La práctica del Tai Chi tiene una larga lista de beneficios integrales para la salud que lo sitúa como uno de los mejores ejercicios que existen. Es tan suave y sus movimientos tan delicados que uno no diría que está entrenando la fuerza o haciendo el más mínimo esfuerzo que nos ponga a sudar.
Probablemente, gran parte de su atractivo reside en la suma de los movimientos corporales en forma de coreografía, junto con un estado mental de alerta -pero en calma-. Este arte marcial milenario mejora el equilibrio, reduce la ansiedad y previene enfermedades cardiovasculares al aumentar la frecuencia cardíaca de manera moderada.
La organización benéfica Parkinson’s UK describe el Tai Chi como una actividad física de baja intensidad que puede «ayudar a mejorar el estado de ánimo y a vivir bien«, pero recientemente la Universidad de Harvard fue más lejos al calificarla como «la actividad perfecta para el resto de tu vida«.
«El Tai Chi a menudo se describe como ‘meditación en movimiento’, pero bien podría llamarse ‘medicación en movimiento’», dice la prestigiosa universidad estadounidense, que recuerda que cada vez hay más pruebas de que esta práctica es muy valiosa para tratar o prevenir muchos problemas. Y podés comenzar incluso si no te encuentras en plena forma o no tienes buena salud.
«Es muy seguro y no se necesita equipo sofisticado, por lo que es fácil iniciarse«, dice Harvard alabando este ejercicio. El objetivo: tener un cuerpo sano y una mente tranquila.
«Los beneficios del Tai Chi se pueden extender a personas de todas las edades y habilidades, ya que los movimientos son suaves y de bajo impacto. También recomendaríamos que aquellos interesados en practicar Tai Chi consulten con su médico de cabecera para ver si sería adecuado para sus necesidades«, explica a BBC Mundo la profesora del Departamento de Anatomía y Neurociencia de la Universidad de Cork, Lucy Collins.
Y es que aunque el Tai Chi es lento y suave, y no te deja sin aliento, «aborda los componentes clave del estar en forma: fuerza muscular, flexibilidad, equilibrio y, en menor grado, acondicionamiento aeróbico«.
Cada uno a su ritmo
Para Pedro Jesús Jiménez Martínez, profesor de Ciencias Sociales de la Actividad Física de la Universidad Politécnica de Madrid, uno de los retos a los que debe enfrentarse el alumno que se acerca al Tai Chi Chuan es el «renunciar a la búsqueda de un manual» universal exacto en el que se indique para todos cuál es la anchura correcta de los pies en las posturas, la dirección correcta de las manos en las figuras o el ángulo ideal a buscar en las posiciones articulares.
Jiménez argumenta que estas apreciaciones pierden su importancia para favorecer la búsqueda de sensaciones corporales que avisen al practicante sobre cuál es la posición más cómoda y natural, en la que se puede sentir relajada, a la hora de realizar el movimiento.
Así puede ayudarte el Tai Chi, según diversos estudios citados por Harvard.
- Fuerza muscular: cuando se practica con regularidad, puede ser comparable al entrenamiento de resistencia y a caminar a paso ligero. Aunque no trabajás con pesas ni bandas de resistencia, el ejercicio de brazos sin apoyo que implica la práctica fortalece la parte superior del cuerpo, tanto las extremidades inferiores como las superiores, y también los músculos centrales de la espalda y el abdomen.
- Flexibilidad: su fundamento consiste en entender a la persona como un todo y mejorar el equilibrio y la comunicación entre los distintos sistemas del cuerpo. Las secuencias de Tai Chi involucran movimientos articulares de todo el cuerpo, estirando suavemente los músculos y tendones a través de un rango de movimiento completo. Esto ayuda a aumentar la elasticidad muscular y la flexibilidad articular, reduciendo la rigidez y mejorando la amplitud de movimientos.
- Equilibrio: varios estudios encontraron evidencia de que mejora el equilibrio y la estabilidad en los adultos mayores y reduce el riesgo y el miedo a las caídas. Su práctica consciente requiere niveles altos de concentración. Lo cierto es que la propiocepción (la capacidad de sentir la posición del cuerpo en el espacio) disminuye con la edad. El Tai Chi ayuda a entrenar este sentido, que es una función de las neuronas sensoriales del oído interno y de los receptores de estiramiento de los músculos y ligamentos.
- Acondicionamiento aeróbico: los movimientos lentos y continuos aumentan la frecuencia cardíaca de manera moderada, lo que fortalece el corazón y mejora la circulación sanguínea. Sin embargo, Harvard avisa que si el médico recomienda un ejercicio cardiovascular más intenso con una frecuencia cardíaca más alta, es posible que haya que buscar en ejercicios más aeróbicos. Correr, jugar tenis y bailar son algunos ejemplos.
- Salud cognitiva: este ejercicio también es bueno para la salud cognitiva, porque retrasa el deterioro de la función ejecutiva. En comparación directa con otros ejercicios, puede ofrecer una estrategia superior para reducir las caídas gracias a sus beneficios sobre el funcionamiento cognitivo. Lo mismo ocurre con la salud mental, porque ayuda a reducir el estrés.