Pediatras demandan soluciones urgentes que garanticen condiciones laborales acordes a su formación y compromiso

Pediatras demandan soluciones urgentes que garanticen condiciones laborales acordes a su formación y compromiso

La Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) emitió una comunicación expresando su gran preocupación por la situación crítica que viene atravesando la salud pública infantil en general.

Enmarcado en el Día del Médico, que se conmemora el 3 de diciembre, la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) emitió una comunicación expresando su gran preocupación por la situación crítica que viene atravesando la salud pública infantil en general y, en especial, el ejercicio profesional del pediatra en todo el país.

«El futuro de la pediatría en todas sus dimensiones, con un impacto directo en la atención de niños, niñas y adolescentes, demanda soluciones urgentes que garanticen a los pediatras del país condiciones laborales y remuneraciones acordes a su formación y compromiso«, explican en el documento, que está firmado por la Comisión Directiva de la SAP.

Un pediatra deposita muchos años en su formación de grado y posgrado, esfuerzo y trabajo, aproximadamente 10 años para la pediatría general y 12 años para una subespecialidad, años que luego no son debidamente remunerados. Resulta especialmente doloroso ver que, pese a los logros y reconocimientos alcanzados, la pediatría argentina enfrenta hoy desafíos significativos y preocupantes en un contexto de crisis económica, sanitaria y vocacional”, afirma Miguel Javier Indart de Arza, médico presidente de la Sociedad Argentina de Pediatría.

No es un dato menor que el trabajo del pediatra esté subvalorado, como lo evidencian salarios que, en alrededor del 70% de los casos, obligan a los profesionales a desempeñarse en múltiples empleos simultáneamente. Esta situación genera insatisfacción, estrés personal y laboral, además de limitar el tiempo y los recursos destinados a la formación, la investigación y la docencia. A ello se suma la escasez de tiempo para la vida familiar y el esparcimiento personal, lo que agrava el estrés y expone al profesional a frustración y pérdida de motivación hacia su vocación”, sostuvo por su parte Edgardo Flamenco, médico secretario del comité de Ejercicio Profesional de la SAP.

El documento de la SAP describe que «la gran mayoría de los pediatras del país se han formado en el sistema público de salud a través del sistema de residencias médicas y han llevado su conocimiento y experiencia a todo el territorio nacional. Asimismo, cabe señalar que más del 60% de los 20.000 socios que conforman la SAP, son pediatras que hoy se desempeñan en hospitales públicos de diversas regiones del país y agrega que a lo largo de las décadas, numerosos médicos han contribuido a que la pediatría argentina tenga unidad y dimensiones inigualables. El pediatra es especialmente valioso dentro de la esfera de atención médica, pues su labor trasciende al paciente, incluyendo al grupo familiar ampliado. NNyA, padres y abuelos conforman el escenario de atención de la especialidad«.

Para llegar a formarse, desde la SAP ponen énfasis en que «un pediatra deposita muchos años en su formación de grado y posgrado, esfuerzo y trabajo, aproximadamente 10 años para la pediatría general y 12 años para una subespecialidad, años que luego no son debidamente remunerados«.

Resulta especialmente doloroso ver que, pese a los logros y reconocimientos alcanzados, la pediatría argentina enfrenta hoy desafíos significativos y preocupantes en un contexto de crisis económica, sanitaria y vocacional. No es un dato menor que el trabajo del pediatra esté subvalorado, como lo evidencian salarios que, en alrededor del 70% de los casos, obligan a los profesionales a desempeñarse en múltiples empleos simultáneamente. Esta situación genera insatisfacción, estrés personal y laboral, además de limitar el tiempo y los recursos destinados a la formación, la investigación y la docencia. A ello se suma la escasez de tiempo para la vida familiar y el esparcimiento personal, lo que agrava el estrés y expone al profesional a frustración y pérdida de motivación hacia su vocación”, subrayó Indart.

Es alarmante la disminución del número de pediatras activos en nuestro sistema de salud, algo que inevitablemente conlleva al lento pero constante deterioro de lo construido durante tantas generaciones. Hoy más del cincuenta por ciento de las residencias pediátricas y de especialidades no pueden completar su planta mínima. Muchos servicios de pediatría, neonatología y terapia intensiva pediátrica a lo largo del país han quedado devastados en los últimos años, sin profesionales para cubrir las guardias, que en algunos casos han tenido que cerrar. También vemos un éxodo de especialistas hacia ámbitos mejor remunerados. Las consecuencias serán enormes para el sistema de salud, especialmente para la niñez, la adolescencia y sus familias. Años de decisiones tomadas sin entender y escuchar las necesidades del ejercicio profesional pediátrico ocasionaron, al menos en parte, esta situación”, consignó Natalia Gamba, médica vocal del Comité de Ejercicio Profesional de la SAP.

«La Sociedad Argentina de Pediatría viene trabajando activamente en poner en la agenda nacional la crisis del ejercicio profesional de la pediatría, con todos los recursos disponibles: comunicados periodísticos en medios gráficos, radiales y televisivos, gestiones con autoridades de gobiernos nacionales, provinciales y municipales, reuniones con autoridades universitarias y colegios médicos, webinars, información para profesionales y encuestas a cargo del Comité de Ejercicio Profesional entre otros, con el objetivo de plantear la necesidad de mejorar las condiciones laborales y la baja remuneración percibida, reivindicando la dignidad en el ejercicio profesional«, describe la carta de la entidad.

Respecto de iniciativas que se suman a los reclamos en favor de los pediatras, el documento afirma que «la SAP respalda y colabora activamente en la federalización de los movimientos impulsados por pediatras en distintas regiones del país, quienes han comenzado, de manera gradual, a revalorizar o poner en valor la vocación médica. Asimismo, insta a las autoridades responsables de las políticas públicas y privadas de salud, en todos los niveles, a reconocer a la pediatría y a los profesionales que la ejercen como un recurso esencial para el bienestar de toda la sociedad«.

«La pediatría y sus diversas especialidades han experimentado en nuestro país un extraordinario desarrollo a lo largo de su historia. Desde el siglo XIX en adelante, su evolución ha sido constante en términos de conocimiento, tecnología y enfoque, siempre en pos de brindar un cuidado integral a los niños, niñas y adolescentes (NNyA). Dentro de los hitos de la especialidad puede mencionarse la fundación de la Sociedad Argentina de Pediatría en 1911, de las más antiguas del mundo; la labor de referentes históricos como Ricardo Gutiérrez, Pedro de Elizalde, Alfredo E. Larguía, Juan P. Garrahan, Florencio Escardó, Carlos Gianantonio y Humberto Notti, entre otros; el temprano establecimiento de hospitales pediátricos y hospitales generales con servicios de pediatría públicos y privados que, asimismo, han funcionado como centros de formación. Y más cerca en el tiempo, la inauguración del Hospital Garrahan en 1987, que marcó un antes y un después gracias a una concepción innovadora en el cuidado de la salud infantil«, se detalla en la carta.

Nicolas Arzani

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