Descubren dos factores que aumentan el riesgo de cáncer de tiroides en niños

Descubren dos factores que aumentan el riesgo de cáncer de tiroides en niños

La exposición a dos clases de contaminantes se asoció con diagnósticos de la enfermedad oncológica antes de cumplir los 20 años.

Según un estudio reciente, los bebés expuestos a la contaminación atmosférica y lumínica tienen un riesgo más alto de desarrollar cáncer de tiroides infantil.

La contaminación por partículas en el aire y la luz artificial exterior aumentaron el riesgo de los bebés de desarrollar cáncer de tiroides antes de cumplir los 20 años, informaron investigadores recientemente en la revista Environmental Health Perspectives.

Estos resultados son preocupantes, sobre todo dado lo extendidas que están ambas exposiciones”, señaló en un comunicado de prensa la investigadora principal, Nicole Deziel, epidemióloga ambiental de la Facultad de Salud Pública de la Universidad Yale.

El material particulado fino se encuentra en la contaminación del aire urbano debido al tráfico de automóviles y la actividad industrial, y la luz artificial por la noche es común, sobre todo en las áreas urbanas densamente pobladas”, añadió.

Tanto la contaminación por partículas finas como la contaminación lumínica se consideran carcinógenos ambientales que alteran el sistema endocrino del cuerpo, incluida la función tiroidea, apuntaron los investigadores en las notas de respaldo.

La contaminación por partículas representa una amenaza porque son lo suficientemente pequeñas como para ingresar al torrente sanguíneo. Las partículas en el aire pueden ser más pequeñas que 2,5 micrómetros, mientras que un cabello humano tiene de 50 a 70 micrómetros de ancho, según la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA).

Y la luz artificial al aire libre puede suprimir la melatonina y alterar el ritmo de sueño/vigilia de una persona, lo que también influye en los cánceres regulados por las hormonas, apuntaron los investigadores. En el estudio, los investigadores compararon los datos de 736 jóvenes diagnosticados con cáncer de tiroides antes de los 20 años con los de 36.800 niños sanos, todos ellos oriundos de California.

El equipo evaluó la exposición de los pacientes con cáncer a la contaminación atmosférica y lumínica en función de la dirección de su familia cuando nacieron. Los resultados mostraron que por cada aumento de 10 microgramos por metro cúbico en la contaminación por partículas, las probabilidades de que un niño desarrollara cáncer de tiroides aumentaron en un 7% en general.

Las asociaciones más fuertes entre la contaminación atmosférica y el cáncer de tiroides se encontraron entre los jóvenes de 15 a 19 años (un 8 por ciento más de riesgo) y los niños hispanos (un 13 por ciento más de riesgo), apuntaron los investigadores.

Del mismo modo, los niños nacidos en áreas con altos niveles de luz artificial exterior tenían hasta un 25 por ciento más de probabilidades de desarrollar cáncer de tiroides. ”El cáncer de tiroides es uno de los cánceres de más rápido crecimiento entre los niños y adolescentes, pero sabemos muy poco sobre las causas en esta población”, dijo Deziel.

Nuestro estudio es la primera investigación a gran escala que sugiere que estas exposiciones tempranas en la vida, específicamente a las PM2.5 y a la luz exterior durante la noche, podrían tener un rol en esta tendencia preocupante”, añadió. En comparación con los adultos, los niños con frecuencia son diagnosticados con cáncer de tiroides en etapas más avanzadas, con tumores más grandes y difíciles de tratar, apuntaron los investigadores.

Incluso si los niños sobreviven al cáncer de tiroides, pueden sufrir secuelas como dolores de cabeza, discapacidades físicas y fatiga mental que los perseguirán durante toda su vida, dijeron los investigadores. Los investigadores enfatizaron que se necesita más trabajo para replicar y validar sus hallazgos.

«Mientras tanto«, anotó Deziel, quien indicó: «Nuestros resultados apuntan a la importancia crítica de abordar los factores ambientales en la investigación sobre el cáncer infantil. Reducir la exposición a la contaminación del aire y gestionar la contaminación lumínica podrían ser pasos importantes para proteger la salud de los niños«.

Con información de HealthDay News.

Nicolas Arzani

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