Aseguran que la diabetes materna puede reducir el riesgo de los hijos a padecer la enfermedad
Según una investigación presentada en la reunión de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes, la exposición durante el embarazo podría conferir una protección duradera.
Según algunos hallazgos presentados en la reunión anual de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes en Madrid, la exposición a la diabetes tipo 1 en el útero puede conferir cierta protección a largo plazo a los niños.
Este efecto protector se sugiere por el hecho de que un hijo tiene casi el doble de probabilidades de desarrollar la enfermedad si su padre tiene la afección que si su madre la tiene, informó el investigador principal Lowri Allen, quien trabaja en el Grupo de Investigación de la Diabetes de la Universidad de Cardiff en el Reino Unido.
«Tomados en conjunto, nuestros hallazgos sugieren que la protección relativa asociada con tener una madre frente a un padre con diabetes tipo 1 es un efecto a largo plazo que se extiende hasta la vida adulta«, dijo Allen.
La diabetes tipo 1 es una enfermedad autoinmune en la que el sistema inmunitario ataca a las células creadoras de insulina en el páncreas. Si se destruyen suficientes de ellas, una persona debe tomar insulina para mantenerse con vida.
«Los individuos con antecedentes familiares de diabetes tipo 1 tienen de 8 a 15 veces más probabilidades de desarrollar la afección autoinmune«, señaló Allen en un comunicado de prensa de la reunión, en el que agregó: «Sin embargo, los estudios han demostrado que el riesgo es mayor si el pariente afectado es el padre en lugar de la madre«.
En el estudio, los investigadores analizaron datos agrupados de cinco estudios anteriores sobre casi 11.500 personas con diabetes tipo 1.
Los resultados muestran que los enfermos tenían 1,8 veces más probabilidades de tener un padre con la enfermedad que una madre con ella. Este fue el caso tanto de los niños como de los adultos diagnosticados.
El diagnóstico ocurrió más o menos a la misma edad, independientemente de que la madre o el padre de una persona tuvieran la afección, añadieron los investigadores.
Los investigadores también utilizaron una puntuación de riesgo genético para analizar a los pacientes del estudio, que tiene en cuenta más de 60 genes diferentes asociados con la diabetes tipo 1.
Las personas que tenían madres con esta enfermedad tenían puntuaciones de riesgo genético similares a las de las que tenían padres diabéticos, muestran los resultados. Esto sugiere que su protección relativa no se debía a los genes que heredaron.
Sin embargo, los resultados también mostraron que tener una madre con diabetes tipo 1 solo proporcionaba protección contra la afección si desarrollaba la enfermedad antes del embarazo, apuntaron los investigadores.
“Esto, junto con el hallazgo de que el riesgo genético hereditario de diabetes tipo 1 no era diferente en los individuos con madres y padres afectados, sugiere que la exposición a la diabetes tipo 1 en el útero es crítica”, dijo Allen.
Se necesita más investigación para averiguar qué ocurre exactamente en el útero para proporcionar cierta protección.
Luego, agregó: «La exposición a niveles altos de azúcar en la sangre, las inyecciones de insulina o los anticuerpos asociados con la diabetes tipo 1 podrían contribuir a la protección de un niño contra la enfermedad crónica«.
«Comprender por qué tener una madre en comparación con un padre con diabetes tipo 1 ofrece una protección relativa contra la diabetes tipo 1 podría ayudarnos a desarrollar nuevas formas de prevenir la diabetes tipo 1, como tratamientos que imiten algunos de los elementos protectores de las madres«, indicó Allen.
Debido a que estos hallazgos se presentaron en una reunión médica, deben considerarse preliminares hasta que se publiquen en una revista revisada por profesionales.