Para tomar sol, hay que tomar precauciones
Tanto las personas que por su trabajo están expuestas al sol, como las que lo toman por vanidad, deben tomar los recaudos necesarios.
Los descuidos ante la exposición al sol pueden provocar percances irreversibles. Por ese motivo, la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD) lanza todos los años la Campaña de Prevención del Cáncer de Piel .
Los especialistas recomiendan evitar la exposición a los rayos del sol entre las 10 y las 16 horas. Cuando se está al aire libre no hay que confiarse de las nubes, ya que éstas permiten el paso de hasta un 85% de las radiaciones UV.
La arena, el agua y la nieve actúan como espejos que reflejan los rayos del sol e incrementan su acción.
Estudios realizados revelan que las personas con piel sensible no deben tomar sol por más de cinco minutos; en tanto, quienes poseen piel intermedia pueden hacerlo durante 20 minutos.
A pesar de que el riesgo es alto, personas de piel resistente pueden broncearse hasta durante 40 minutos. En todos los casos, conviene usar cremas protectoras para evitar posibles quemaduras y ardores.
Muchas personas se preocupan por la marca del protector solar o el grado del factor de protección. Sin embargo, los especialistas coinciden en afirmar que estos aspectos no son tan relevantes como la forma de aplicarlo.
Los dermatólogos coinciden en que adultos y niños mayores pueden usar un factor que vaya de 15 a 40, siempre respetando las indicaciones.
Sin embargo, a la hora de la verdad, muy pocas personas cumplen el ritual obligatorio de aplicación: colocar nuevamente el protector cada dos o tres horas porque pierde efecto con el transcurso del tiempo.
Los protectores solares a prueba de agua también deben reaplicarse. Su condición asegura simplemente una mayor protección durante la permanencia en el agua, pero no evita la pérdida del producto por efecto de la misma.
Se debe usar ropa y accesorios adecuados para protegerse. Los lentes de sol no deben elegirse sólo con fines estéticos, deben ser recetados por un especialista y es necesario que cuenten con filtros para radiación solar.
Las mujeres embarazadas deben reforzar la protección contra los rayos ultravioleta ya que los cambios hormonales provocan alteraciones en la piel que se agravan con la exposición al sol.
Los bebés no deben estar expuestos al sol directo antes de cumplir el año y, aunque estén a la sombra, deben tener puesto también un protector solar. En ellos es aconsejable un factor de protección elevado, es decir superior a 35 ó 40.
Ingerir líquidos frecuentemente, aunque no se tenga sed, hará que el organismo esté hidratado. Después de un día al sol, es recomendable aplicar alguna crema o loción tonificante.
Como recomendación final, se debe visitar al dermatólogo al menos una vez al año.