¿Por qué hay pacientes con leucemia que no necesitan tratamiento?
Cerca de un tercio de los pacientes nunca necesitará tratamiento, otro tercio lo requerirá en algún momento de su vida y el restante sí deberá ser tratado desde el diagnóstico.
La mayoría de las personas que tiene leucemia linfocítica crónica (LLC), que es la más frecuente en adultos, se entera de su diagnóstico por casualidad, en un examen de rutina. Eso es así porque esta enfermedad avanza lentamente y no suele dar síntomas en las primeras etapas.
Por eso mismo, la mayoría de los pacientes no necesitará tratamiento inmediatamente al diagnóstico: un tercio lo requerirá más adelante; otro no lo necesitará nunca, porque su enfermedad seguirá controlada y sin progresar; y el restante sí deberá recibir tratamiento inmediatamente.
La LLC se diagnostica sobre todo en pacientes a partir de los 60 años y representa entre un 25 y un 30% de todos los casos de leucemia.
Con motivo del Día Mundial de la LLC ,que se conmemora este 1° de septiembre, la asociación ALMA, que acompaña a pacientes con leucemias en el país, destacó el aspecto emocional alrededor de esta enfermedad.
“El recorrido emocional comienza con el diagnóstico. Cada caso es único, pero el impacto psicológico que genera la palabra leucemia es universal”, reconoció Fernando Piotrowski, paciente y director ejecutivo de ALMA.
A los pacientes que no requieren ser tratados inmediatamente, se los sigue a través de lo que se denomina “vigilancia activa” o “espera en observación”, con controles cada 3 o 6 meses, o con la frecuencia que el equipo médico tratante determine.
“Al paciente se le debe explicar que, mientras no lo necesite, no brinda beneficios iniciar un tratamiento, pero que sí es muy importante realizarse controles sistemáticamente, para advertir a tiempo cualquier progresión de la enfermedad que amerite tomar medidas terapéuticas, aunque haya un grupo significativo de personas que no necesitará tratamiento en ningún momento”, explicó Augusto Miroli, médico hematólogo, miembro del Servicio de Hematología del Hospital Policial Churruca-Visca.
Desde ALMA explicaron que siempre es angustiante saberse con un cáncer de la sangre, pero que puede ser particularmente desconcertante tenerlo y que la indicación sea no hacer nada al respecto. Esto hace indispensable que exista una comunicación médico-paciente clara y abierta.
Como en toda enfermedad oncológica u oncohematológica, aparecen, “además”, la incertidumbre sobre el futuro y el miedo a la progresión de la enfermedad, que afectan tanto a los pacientes como a sus seres queridos. Por eso, desde la organización recomiendan contar con sostén emocional, ya sea a través de la participación en grupos de pacientes o con el soporte de un especialista en psicooncología.
Respecto de los tratamientos, Miroli especificó que, gracias a los avances de la medicina, “el panorama para esta leucemia, para aquellos pacientes que necesitan tratamiento, ha mejorado significativamente en los últimos años. En la actualidad existen esquemas terapéuticos -libres de quimioterapia- que combinan determinadas medicaciones -muchas veces de administración oral- y que son sumamente efectivos, además de que se indican por tiempo finito, 1 o 2 años, en los que el paciente logra controlar la enfermedad”.
“La quimioterapia sigue vigente en determinados casos y según el tipo de enfermedad, pero las terapias dirigidas modernas y el uso combinado de varias medicaciones logran mejores resultados en términos de remisión completa sostenida en el tiempo, y tienen un perfil de seguridad y tolerabilidad muy superior respecto de las quimioterapias tradicionales”, agregó el especialista.
Por esto mismo, Piotrowski destacó que tener una leucemia crónica hoy es muy diferente de lo que fue haberla tenido décadas atrás: “Existen mejores medicaciones, pero además son esquemas terapéuticos que te permiten continuar con tu rutina, trabajar, sentirte bien y retomar pronto tu rutina tal como la conocías”.
A qué síntomas prestar atención
Esta leucemia se caracteriza por la producción descontrolada y acumulación lenta de determinados glóbulos blancos anormales en la sangre y en la médula ósea, lo que -desde el diagnóstico o a medida que la enfermedad avanza- puede generar signos y síntomas como:
- Fatiga.
- Ganglios linfáticos inflamados en el cuello, axila, abdomen o ingle.
- Infecciones más frecuentes, sudores nocturnos, fiebre.
- Hematomas.
- Pérdida de peso inexplicable.
- Dolor o sensación de saciedad debajo de las costillas por inflamación del bazo.
Entre los factores de riesgo más comunes, se encuentran la edad avanzada, antecedentes familiares de LLC y la exposición a ciertos productos químicos.
Para más información, seguir a Asociación Leucemia Mieloide Argentina en redes o escribir a info@asociacionalma.org.ar.