La mayoría de los casos de cáncer de tiroides son curables
¿Cómo se trata el cáncer de tiroides? ¿Siempre es necesario extirpar la tiroides? ¿Cómo funciona el tratamiento con yodo?
Dr. John Morris III, Endocrinología de Mayo Clinic en Rochester, Minnesota.
El tratamiento para el cáncer de la tiroides normalmente implica extirpar parte o toda la glándula tiroides. En algunos casos en los que el cáncer de la tiroides es avanzado o agresivo, el tratamiento con yodo radioactivo puede recomendarse después de la cirugía para destruir cualquier célula cancerosa que no haya sido posible extraer durante la operación. En el carcinoma papilar tiroideo pequeño (menos de 1 cm de diámetro y totalmente confinado a la tiroides en el examen por ecografía), tal vez sería razonable evitar la cirugía y controlarlo periódicamente sin tratamiento. Eso se conoce como “vigilancia” y requiere que todos los años se hagan exámenes por imágenes de la tiroides con una ecografía de alta calidad. Esos carcinomas tiroideos pequeños tienen bajo riesgo de avance, especialmente en las personas mayores de 60 años.
La tiroides es una glándula con forma de mariposa que se localiza en la línea media del cuello, aproximadamente a mitad de camino entre la nuez de Adán y el esternón. La glándula tiroides produce dos hormonas principales: la tiroxina o T4 y la triyodotironina o T3.
Las hormonas tiroideas repercuten sobre muchas células del cuerpo: mantienen la velocidad con la que el cuerpo consume grasas y carbohidratos, ayudan a controlar la temperatura corporal, afectan el funcionamiento del sistema nervioso e influyen sobre la frecuencia cardíaca. La glándula tiroides también produce calcitonina, hormona que ayuda a regular la cantidad de calcio en la sangre.
El cáncer de la tiroides no es común en Estados Unidos, pero cuando se lo descubre, la mayoría de los casos son curables. La cirugía para extirpar parte o toda la tiroides, procedimiento conocido como tiroidectomía, suele ser el primer paso en el tratamiento.
La tiroidectomía normalmente implica hacer una incisión en el centro del cuello para ingresar directamente a la glándula tiroides. Además de extirpar la tiroides, cuando se sabe o se sospecha que el cáncer se ha diseminado fuera de la tiroides, el cirujano puede también extraer los ganglios linfáticos cercanos a la glándula. Luego, se revisa la presencia de células cancerosas en esos ganglios linfáticos. Un examen ecográfico del cuello realizado antes de la cirugía puede ayudar a los médicos a determinar si es necesario extirpar los ganglios linfáticos.
Cuando el cáncer de la tiroides se descubre en las primeras etapas y es de tamaño muy pequeño, posiblemente solo sea necesario extirpar un lado, o lóbulo, de la tiroides y dejar el resto en su sitio. En ese caso, la tiroides todavía podrá funcionar y producir hormonas.
Cuando se extirpa toda la tiroides, es necesario administrar terapia hormonal durante el resto de la vida para reemplazar a las hormonas naturales de la tiroides y regular el metabolismo corporal. Además de suplementar la hormona faltante que la tiroides normalmente produce, el medicamento también suprime la producción de la hormona estimulante de la tiroides, o TSH, por parte de la glándula pituitaria. Eso ayuda porque existe la probabilidad de que la TSH en niveles altos pueda fomentar el crecimiento de cualquier célula cancerosa restante.
Cuando el cáncer de la tiroides se descubre en sus últimas etapas y si es un tipo más agresivo de cáncer, o si reapareció después de un tratamiento anterior, entonces se puede recomendar la terapia con yodo radioactivo después de la extirpación de la tiroides.
El yodo radioactivo viene en cápsula o en líquido para tragar. La terapia funciona porque las células tiroideas absorben naturalmente el yodo, de manera que cuando el medicamento es absorbido por las células de la tiroides o del carcinoma tiroideo, la radioactividad destruye esas células. Debido a que la tiroides es el principal lugar de absorción del yodo en el cuerpo, este tratamiento conlleva poco riesgo de dañar otras células. Después, el yodo radioactivo sale del cuerpo a través de la orina.
Cuando el cáncer de la tiroides no se cura con la combinación de cirugía y terapia con yodo radioactivo, entonces puede requerirse quimioterapia, radioterapia externa u otro tratamiento. Afortunadamente, la cirugía cura la mayoría de los casos de cáncer de la tiroides y el pronóstico a largo plazo después del procedimiento es excelente.